Caleta Lennox- Caleta Martial-
Caleta Maxwell-
Cabo de Hornos
Fondeamos en caleta Lennox el 25 de diciembre al atardecer,
un SW se nos presentó duro para seguir bajando por la Bahía de Nassau hasta
caleta Martial, entre bajo fondos y cachiyuyos, pasamos la noche haciendo guardias, atentos al
fondeo, la cadena rozando la catalina,
una mirada al GPS, otra a ese par
de pesqueros fondeados que también buscaron resguardo del fuerte SW en el mismo
fondeadero. El viento levantó una marejada considerable dentro de la caleta, violentas rachas pulverizaban el agua
levantando remolinos de espuma, nos quedamos con Cristian en popa al reparo, el
silencio solo se quebraba con el silbido característico del viento en la
jarcia, sobraban las palabras, solo viento, mar, espuma y una sensación de
profunda libertad, el tiempo dejó de tener sentido, y así se fue apagando la
luz del largo día.
Esperamos que el viento amaine, ya un poco más calmo
zarpamos para cruzar Nassau,
ciñendo con la ola de proa el cruce se hizo sentir, la bahía no es muy profunda y la ola se presentaba corta, diferente a la que encontraríamos más al sur, imponente, implacable, en ese armónico y grandioso movimiento de las grandes aguas.
ciñendo con la ola de proa el cruce se hizo sentir, la bahía no es muy profunda y la ola se presentaba corta, diferente a la que encontraríamos más al sur, imponente, implacable, en ese armónico y grandioso movimiento de las grandes aguas.
Entramos en la Bahía de Scourfield, navegando al
socaire del persistente SW, Luis al timón, los williwaw bajaban fuertes, el estrecho pasaje de Paso Bravo de pronto se
abrió ante la atenta mirada de la tripula, ahí estaba al final de la caleta la playa blanca de la caleta Martial, otro paraíso
escondido, que nos dio abrigo una vez más para pernoctar.
El mal tiempo daba oportunidad para la excelencia
en el arte culinario de Martina y Lizzy, mientras José hacia muestras del mejor
de los humores.
Que tripula !!!! No falto nada….
Otra mañana nos encontró levando anclas rumbo a la
última de las caletas antes de virar Hornos, caleta Maxwel, observando este
entorno pensaba en aquellos habitantes originarios en sus canoas de corteza de
árbol recorriendo estos pasajes, dueños de estas tierras increíbles, libres y
fuertes, cuanto puede el hombre “civilizado” de hoy aprender de esta gente que
muchos llaman “salvajes”.
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